martes, 18 de enero de 2011

"Muchas relaciones son así, como los libros. Conmueven a la persona cuando se la cruza inesperadamente en la calle y luego del saludo de despedida la sonrisa perdura. Pero el resto de los días esa persona ni asoma en los pensamientos. Otras, intensas, no nos permiten imaginarnos sin tenerlas en nuestra vida. Son parte de nosotros, se resignifican, se valoran, se avanza y retrocede, se construye un camino, sinuoso a veces, pero camino común al fin. 
Me quedaron palabras por subrayar, espacios por resignificar, silencios por entender. Me quedé en la cuarta o quinta página de un libro gordísimo. Y si cuatro o cinco páginas valieron tanto la pena, entonces el libro entero debía pertenecer, tarde o temprano, a mis favoritos", leí en algún otro blog.