lunes, 31 de enero de 2011

Dolores de estómago, acidez, falta de aire, contracturas: Ansiedad. Si, definitivamente es eso. Estoy cagada de las patas, por decirlo vulgarmente. Es genial poder subirse a un micro que te lleve a unos cuantos cientos de kilómetros de casa y llegar a una ciudad más grande, con más gente desconocida y vos ahí, aprendiendo a ubicarte un poco con las calles. Sin embargo, así como es genial, también te come la cabeza la idea de estar ahí, vos tan diminuta en frente de algo tan imponente como lo es una experiencia de éste tipo, absolutamente nueva. No dejo de pensar en qué voy a hacer, cómo voy a llegar, cómo me voy a ubicar cuando esté allá. No sé, no puedo dejar de lado la ansiedad que tengo encima por todo lo nuevo que se viene en tan sólo unas cuantas horas, así también como por eso que desconozco. Necesito escribir mucho y, para ser honesta, cuando entro y tengo todo listo, se me van las pocas palabras que pensaba y repensaba poner para sentirme más desahogada, o por lo menos, en parte.