viernes, 11 de mayo de 2012

No suelo escuchar a Gustavo Cerati. Nunca fui de hacerlo. Pero acá estoy y Crimen me acompaña. Es una linda palabra, creo, para estar ligada a ese tipo de acciones tan toscas y destructivas.

Una vez más me encuentro pisando tierra desértica, sólo mi conciencia y yo. Antes de poner cada caracter en su correspondiente lugar, siento que no concuerda con la idea que circula sin frenos por mi cabeza. Pero qué más da. No hay nadie acá, y siempre la necesidad va a convertir a todo lo que se le cruce por el camino en una insignificancia. Eso es ley natural. Sin embargo, yo me siento la excepción, para no perder la costumbre. El carecer de capacidad para definir "necesidad" me convierte en ello. No sé qué es lo que pretendo hacerles entender. Sepan disculpar mi falta de claridad mental.
Sea como sea, en el lugar que esté, estoy feliz de saber que hay alguien de carne y hueso que, más allá de no tener otro contacto más que un "hola" pixelado en la pantalla de una computadora, es capaz de hacerme hablar sobre lo que sea que me esté ocurriendo, sin necesidad de usar este espacio en blanco de una cuenta de Blogspot.