sábado, 5 de febrero de 2011

Dicen que el pasado ya fue, ya pasó. Es eso que, muchas veces, deja grandes huellas que perduran con cada día, semana y año que pasa; otras veces, se lo "olvida", se lo supera, se lo transforma en un mañana mejor. Dicen tantas cosas que, en su mayoría, se vuelven tan complicadas para el que tiene que poner la carne y vivirlas, que nadie se imaginaría eso. 
Hay días, como hoy, en los que sentís que ese pasado que alguna vez te dejó una manchita de dolor, vuelve. Dudas, pensas y repensas las cosas como si ese pasado estuviese encarnado en el ahora. Sin embargo, entendes, sin negar absolutamente nada, que hay cosas que no van a cambiar, ni siquiera cuando las personas que accionaron "lo hayan hecho". ¿Cómo se puede confiar en alguien que, mucho o poco, fue una razón en el accionar de otro para que tu vida se complique tanto como consecuencia de eso? ¿De qué forma se perdona, se supera o "se suelta" algo así? ¿Con qué cara puede alguien mostrar amabilidad después de joderle la vida a esa persona? No me creo alguien superior para juzgar a las personas por cosas que eligieron erróneamente en otro tiempo, tampoco tengo Alzheimer para olvidar cómo y de qué forma me afectaron las consecuencias de esos errores; pero, soy consciente que hay cosas que etiquetan a uno por lo que fue e hizo y que, influyeron tanto en su momento que es imposible dejar pasar eso, más allá de que uno haya cambiado o no.