martes, 30 de noviembre de 2010

Empezar a extrañar desde el día que se cerró el capítulo fue (y es) algo inevitable. No sé, por ahí está bueno añorar los mejores momentos, ¿que no?.
Siempre me dió la sensación que todo lo que tendía a escribir aquí se basaba en cambios, cambios y más cambios, de todo tipo, color, forma y tamaño. Sin embargo hoy, viviendo concientemente en un constante "crecimiento"; llego a la conclusión que todo lo anterior fue una pavada. Una piezita que necesitaba para llegar a concretar lo que pasa ahora. Entiendo más qe todo es un entramado perfecto que nosotros vamos creando a medida que descubrimos cómo crecer y la forma en que lo hacemos. Creamos combinaciones, concretamos ideas, somos capaces de resistir a cualquier situación y sabemos cómo seguir adelante. Y, de eso se trata, supongo. Una constante caminata, que por ahí nos cansa y necesitamos parar; pero, a veces, nos da la posibilidad de correr o, simplemente, disfrutar a paso lento cada detalle del paisaje.
No creo ser la misma persona que comenzó escribiendo éste blog hace un par de años, que la que escribe ahora. Tampoco me siento como alguien mucho mayor a esos años anteriores. Pero, siento que aprendí muchísimo (como debe ser) y estoy como orgullosa de eso. Si, así es. Estoy orgullosa de mi misma! No llegué a hacer muchas cosas qe siempre soñé hacer ahí, no pude ser mejor de lo qe soy ahora y ni siquiera sé si voy a poder serlo; no valoré muchas cosas o dejé de lado otras, importantes por cierto. No obstante, aquí estoy; orgullosa de haber podído darme cuenta todo ésto, de saber qué es lo qe hago y cómo lo hago, de ser lo que soy en este preciso segundo y no otra; de vivir ésto y entender un poquito más de qué manera se pilotea esta trama maravillosa.