miércoles, 12 de octubre de 2011

Fotos juntos, mensajes un par de veces por día, quizás; firmitas en alguna red social, alguna llamada, ir de la mano por cualquier lado, mostrar un lado, tal vez, más romántico que exitante. Nada parecido, ni siquiera se acerca a lo socialmente "normal". Me quejo, pido más, doy menos, trato de dar más de ese menos que brindo y, evidentemente, nada alcanza, nada puede, nada vale como debería. Me enojo de algo que yo misma construí y que, ahora, no puedo ni siquiera modificar una parte. Siempre ese interrogante de mierda que no me deja estar bien, disfrutar lo que me toca vivir cuando está conmigo al lado, corresponder a esa persona. Entonces, todo es peor porque no mejora, no cambia por más pasos diferentes que uno dé. Te tenes que terminar dando la nariz contra una vidriera ajena, que sólo les sucede a los demás sin que llegue, ni una mínima parte, a lo que vos querés o esperas para vos. Te decís "pucha, yo también quiero que sea como lo de fulanito", constantemente. Si, no es bueno comparar en este tipo de aspectos, pero puede que un paradigma o un ejemplo de la vida real sirva para mejorar las cosas, que no? Mientras tanto, me quedo con esa utopía (por decirlo de alguna manera) de querer tener la mejor de las historias.