lunes, 24 de octubre de 2011

El problema en su cama.

No da abasto, no da abasto con todo lo que tiene adentro. "El cuerpo grita lo que la boca calla", dicen por ahí. Personalmente, creo que eso mismo le estaba sucediendo. Involuntariamente ella estaba gritando con cada acción que ejecutaba su estado anímico o psicológico, como más guste. Y es que, no encontraba esa vuelta de rosca que suele buscarse en momentos adecuados. Ni siquiera tenía idea de cuál era el momento adecuado que esperaba, pero siempre estaba ese "algo" para paralizarle la mandíbula e impedirle soltar lo que tenía que soltar. "Se sufre, pero se aprende", también es un dicho. Sin embargo, yo puedo asegurar que sufría más de lo que cualquier persona normal hubiese tenido la sutileza de notar. Quizás no se merecía a ojos de otros que esto le pase, no era específicamente ella quién tenía razones, motivos o excusas para estar mal, más allá que lo haya estado. Esas sensaciones que uno suele tener cuando siente que está perdiendo la cabeza y, por lo tanto, el control de todo; eran ya cotidianas y familiares en el ritmo del día a día. Requería urgentemente una soga funcional a la situación ya sea para terminar con ella misma, o bien, una soga de alguien que la ayude a sacarse lo que tenía encima. Causa cierto escalofrío y sadismo el hecho de pensar que alguien pretende acabar consigo mismo, pero en su mente eso era algo tan frecuente que ya no se sorprendía de sí misma ni de sus propias ilimitaciones mentales. Es más, lo veía de una forma tal que la oposición era el cariño que había a pocas, muy pocas personas directas. Su conciencia? A alguien le interesa eso? Bien, pues si la respuesta es afirmativa, debo decirles que aquella voz que sintió alguna vez, de a poco, iba adhiriendo al sonido del silencio. Sólo a veces podía llegar a escucharla y reflexionar aún más de lo que seguía guardándose para sí misma.
Se estaba consumiendo en basura emocional perjudicial, de lado a otro, para una vida tal vez más normal como la que añoraba casi todo el tiempo. No obstante y a pesar de su faceta suicida, ella deseaba estar mejor. Pretendía todo y, a la vez, nada. Se encargaba de buscar, de vez en cuando, personas, situaciones, emociones, sentimientos, lugares y hasta hobbys que la convenzan de que existe algo mejor.. algo como lo que ella vive soñando cuando apoya la cabeza en la almohada a la hora de dormir. Seguramente no es la única que piensa en todo lo del día, lo de mañana, lo de pasado y, si hay creatividad de por medio, lo de la semana que viene; o por lo menos, eso me sucede a mi también. Lejos de querer describir mi opinión o lo que pueda pensar como narradora, puedo decir que existe cierta similitud. Es un tanto jodido vivir con una mandíbula que te tiembla cuando necesitas, requerís y es obligatoriamente beneficioso para vos, tanto por dentro como por fuera; decir eso que tiene que salir, ya se porque lo deseas, lo queres o es un bien necesario.