miércoles, 11 de agosto de 2010

En mí, hay víctima y victimario. Revolución y revolucionarios, simultáneamente. Un doble de las cosas reales y en éso, la mitad más uno de ficción y fantasía. Egoísta, manipuladora y a su vez, masoqista. Reflexivamente una impulsiva que, a veces, pierde la cabeza inconcientemente. Paralelamente, segura de la inseguridad fija y constante. Una calculadora que pocas veces mantiene un número correcto y confiable.