domingo, 30 de mayo de 2010

A punto de hacer algo estaba, a punto de hacer tantas cosas qe, al final de todo, no iban a cambiar nada: Algo cambiaría si yo me hacía desaparecer?.. Algo sería distinto si me qitaba la vida?.. Algo, de todo lo qe sentía él o yo podía ser diferente?, pensó. Dicen qe "muerto el perro, se acaba la rabia", pero también dicen qe toda regla tiene su "excepción". Y como ésta no se qedaba afuera, también era una. No hacía falta todo este tipo de situaciones, ya que por el contrario, lo único qe iba a conseguir era más dolor. Si, no de ella misma, sino de las personas qe realmente la valoraban, la qerían y la bancaban. ¿Qé hizo entonces?.. Bien, no sé qué es exactamente lo qe pasó, ni cómo pasó ni tampoco conozco su porqé. Si bien nunca fue la "mala de la película", como dicen o escriben, tampoco fue "la buena". Lo sabía, pero no lograba entenderlo y aceptarlo. MIERDA!. No daba más, y personalmente puedo asegurar eso. Qería morirse, desaparecer, golpearse la cabeza y perderla por completo. Para algunos, como es de pensar, no era el gran problema porque no se veían influidos ni metidos, pero para ELLOS, sí. Era una constante guerra de indirectas virtuales a través de algo qe ni siqiera permitía qe hablen de frente. Se lastimaban, se golpeaban mutuamente sin ningún tipo de censura, pero a la vez tan dulcemente qe ni siquiera usaban "malas palabras". Es contradictorio: no se podía dictar una sola palabra. Lógicamente, y como pasa siempre, cada individuo tiene su propio punto de vista, su propia mirada y perspectiva. Sin embargo, las de ellos estaban totalmente discernidas, incorrectas, eqivocadas. NO DABAAAA MÁS!, gritaban por dentro. No había una respuesta acertada en aqellos momentos, donde lo mejor era indefinido, donde estar lejos o estar cerca, hacía daño de igual o peor manera.